Ajedrez y Sociedad
En las fiestas de mi pueblo todos los años se juega un torneo gratuito de partidas rápidas a 10 minutos finish, en el cual yo solía participar con la única intención de pasar una tarde agradable. Cuando mi hijo tuvo edad para acompañarme participábamos los dos y pasábamos una tarde entretenida. El evento lo organiza el club de ajedrez de mi pueblo.
En septiembre de 2012, con objeto del 50 aniversario del club, nos dijeron que habían organizado unas partidas simultaneas gratuitas y nos invitaron a que asistiéramos. El club había organizado unas simultáneas con el Gran Maestro Julen Arizmendi, campeón de España en 2012, contra 25 tableros, muchos de ellos con más de 2000 ELO, y mi hijo que tan solo tenía 10 años y yo participamos.
Tal y como se puede ver en el siguiente vídeo, mi hijo ganó calidad a Julen y aguantó como un cosaco hasta caer finalmente el 23 de 25, es decir, fue el antepenúltimo en caer (con solo 10 años). En el vídeo se ve como empezó por la tarde y acabó de noche, y como mi hijo juega solo con el resto de sillas vacías.
Debido al gran papel desempeñado por mi hijo en el evento, nos invitaron a la cena que habían organizado para después de las simultáneas. En la cena el GM Julen Arizmendi nos habló de que la Federación de Ajedrez de la Comunidad Valenciana (FACV) organizaba unos cursos de tecnificación para jóvenes y que mi hijo debería asistir. Me pareció una buena idea y a partir de ese momento comenzó nuestra historia con el ajedrez.
Los cursos de tecnificación duraban varios meses cada año y había que ir cada sábado a una población diferente. Estuvimos yendo durante 3 años. Mi hijo y yo queríamos convertirnos en buenos ajedrecistas así que comencé a recopilar todo el material que nos habían dado en la tecnificación, más algunos apuntes que había extraído de algunos libros y empecé a confeccionar mi propio material. Con este material, que poco a poco estoy colgando en Chesscampus, mi hijo quedó campeón sub-1800 en Mislata, en La Roda y en Xátiva, entre otros. Y yo quedé campeón sub-1800 en Alzira y en el Campeonato de España para mayores de 50 años, entre otros.
Nuestra experiencia en los grupos de tecnificación no fue buena. Mi hijo era tímido, delgado y menudo, y tuvo que sufrir el bulling del resto de compañeros, lo que nos hizo aborrecer los eventos de tecnificación y mi hijo dejó de entrenar. Además, conviene advertir que en la estructura burocrática del mundo del ajedrez, hay excesivos cargos ocupados por oportunistas mediocres cuya mayor gloria en la vida ha sido ocupar el cargo que ocupan dentro del ajedrez. Creo que Lance Henderson De la Fuente, con quien hicimos amistad al compartir la última fila de tableros en La Roda (2012) y hoy es Gran Maestro (con sólo 16 años), atravesó una experiencia parecida, y desarrolló su carrera ajedrecística de forma totalmente independiente.
Hoy, después de 8 años, mi hijo ya no juega al ajedrez porque está estudiando en la Universidad y no tiene tiempo, pero a mí me ha atrapado y disfruto entrenando y participando en los diversos torneos que más me gustan, como La Roda, Benasque, Alfaro o Brujas (Bélgica), entre otros.
Ahora, haciendo una valoración retrospectiva, considero que el deporte del ajedrez, por su propia idiosincrasia, tiende al individualismo. El mundo del ajedrez debería propugnar valores como la fraternidad, la colaboración, o la participación entre sus jóvenes, pues en primer lugar somos educadores y tenemos la obligación de transmitir los valores correctos a las nuevas generaciones.
Otro error destacable del que adolece el mundo del ajedrez es el intrusismo, aunque esto no puedo verificar que sea un mal generalizado, sí me he encontrado en varias ocasiones con flagrantes faltas de honestidad.
Por ejemplo, sin ir más lejos, la semana pasada me llamó una persona y me comentó que iba a estar unos meses desocupado esperando una plaza de la Administración y que se le había ocurrido dar clases de ajedrez en los colegios de Algemesí, que ya había ido a hablar con los colegios y que les parecía una buena idea. Hasta aquí nada raro, lo raro es que esa persona me comentó que ni estaba federado, ni era jugador, ni nada, él pensaba coger un libro y enseñar a los alumnos lo que el libro dijera, más lo que yo pudiera ayudarle o aconsejarle.
Afortunadamente, las cosas tienden a cambiar en los próximos años. Antes de la época actual, cuando todavía no había internet, el ajedrez era un deporte de minorías. Se hacían pocos torneos y había pocos jugadores federados.
En los últimos 20 años, el ajedrez ha llegado a las escuelas como actividad complementaria, los ordenadores facilitan la rápida comprensión y el buen juego a los novatos, las plataformas para jugar al ajedrez por internet cada vez registran más usuarios, hay más jugadores federados y se celebran más torneos.
Hoy se está investigando en nuevos proyectos para posibilitar el juego online con todas las garantías. En el futuro habrá plataformas de ajedrez en línea que ofrecerán torneos con todas las garantías antiayuda.
La tendencia es que el ajedrez se extienda hasta quitar cota de mercado a los videojuegos; que casi todos los países tengan algún jugador con más de 2800 ELO y un buen puñado de jugadores con más de 2700 ELO. En un futuro las empresas encontrarán el modo de insertar publicidad en los eventos de ajedrez que les permite pagar grandes cantidades de dinero a los mejores jugadores, lo cual permitiría vivir cómodamente a jugadores con más de 2300 ELO quienes podrían compartir esos ingresos con los ingresos de la enseñanza, pues la enseñanza debería estar regulada y exigir unos requisitos mínimos para ser profesor de ajedrez. La tasa de abandono mejoraría y los jóvenes disfrutarán jugando al ajedrez en las competiciones, con un fantástico ambiente en los torneos debido a la costumbre de preparar actividades participativas para las jóvenes, tales como senderismo, partidos de futbol, de futbolín, etc.
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