Biografía de Mijail Chigorin

Foto del Gran Maestro de Ajedrez Mijail Chigorin.

Año de nacimiento: 1850    País: Rusia    ELO:

Gran Maestro de Ajedrez de Rusia

A Mijaíl Ivanóvich Chigorin, también conocido como Mikhail Tchigorin, se le considera el fundador de la escuela rusa moderna de ajedrez.

Chigorin nació cerca de San Petersburgo en 1850, se quedó huérfano a los 10 años, por lo que tuvo que vivir hasta su adolescencia en un orfanato, sus múltiples carencias lo obligaron a ser desde pequeño esforzado y luchador para salir adelante. Tras completar su educación, con mucho trabajo, estableció su residencia en San Petersburgo y comenzó a trabajar como Oficinista para una institución estatal por ser hijo de un funcionario, ya que pertenecía a una familia burguesa acomodada que nunca lo apoyó cuando se quedó huérfano.

Chigorin llegó al ajedrez relativamente tarde, no fue un niño prodigio. Aprendió a mover las piezas a los 16 años; pero a esto nunca le dio importancia.

A los 24 años despertó en él la pasión por el ajedrez, hasta tal punto que abandonó su trabajo, dejó a su familia (se había casado muy joven) y se dedicó a jugar profesionalmente.

Los resultados fueron halagüeños. Enseguida comenzó a destacar. Tuvo muy buenos resultados que sorprendieron a muchos.

En 1878 Chigorin derrotó a Emanuel Schiffers, reconocido ajedrecista por 7 a 3, hazaña que repitió en 1879 y 1880. Un poco después, aplastó por 7 a 3, a Simón Alapín, considerado entonces el mejor jugador ruso. Entonces comenzó a jugar en torneos internacionales.

En 1881 quedó tercero en Berlín, por detrás de Blackburne y Zúkertort, famosos maestros. En el torneo de Londres de 1883 quedó cuarto, detrás de Zúkertort, Steinitz y Blackburne, y delante de Wináwer. Su éxitos le permitieron desafiar a Steinitz por el título mundial en juego.

El encuentro se jugó en La Habana en 1889 y fue derrotado por 10 partidas perdidas, 6 ganadas y unas tablas. Sin desanimarse no obstante, ganó el torneo de Nueva York de 1890 y ganó en un encuentro a Gúnsberg.

Durante los años 1890 y 1891 jugó con Steinitz sendas partidas por telégrafo, y las dos las ganó Chigorin, por lo que volvieron a jugar por el título mundial en La Habana en 1892. La partida 22ª fue dramática para Chigorin. Cuando llevaba una pieza de ventaja y posición ganadora se dejó dar un sencillo mate en dos. Totalmente desmoralizado perdió la siguiente partida, y a la postre el encuentro.

Un error tan grave hubiera retirado a cualquier otro jugador, pero Chigorin comenzó, a partir de entonces lo más fructífero de su carrera. En 1893 empató un encuentro con Siegbert Tarrasch, en 1896 quedó segundo en el torneo de Budapest, por detrás de Rudolf Charousek, y en los años 1899, 1900 y 1901 ganó los tres primeros torneos nacionales de Rusia.

Desarrolló una intensa actividad como organizador del ajedrez en Rusia, lo que le valió el reconocimiento de fundador de la escuela rusa moderna de ajedrez. Chigorin fue uno de los mejores representantes de la Escuela moderna de ajedrez.

Chigorin admiraba el estilo romántico de Adolf Anderssen y Paul Morphy. Rechazó los principios teóricos de Steinitz, aunque sólo desde el punto de vista teórico. Fue uno de los mejores especialistas de su tiempo del Gambito Evans. Pero este espíritu romántico chocaba frontalmente con su pragmatismo, y demostró conocer los principios de la Escuela moderna como nadie. Claro que esto nunca le impidió lanzarse a fantásticas combinaciones en cuanto podía. Para Chigorin lo más importante era un rápido y correcto desarrollo de las piezas, lo que permitía lanzar ataques contra el enroque del rival con garantías de éxito. En realidad estas ideas se anticiparon a lo que sería la época del Hipermodernismo, a principios del siglo XX, con Richard Reti a la cabeza.

Chigorin era partidario del juego abierto que tanto predominó en la época de Morphy, y ante la nueva ola de aperturas cerradas, promulgadas por Steinitz, el ruso reaccionó con rebeldía. A dichas aperturas contestaba con jugadas que no estaban en la teoría y que parecían absurdas, pero que degeneraban en partidas cuyas posiciones se abrían como por arte de magia. Estudios posteriores han demostrado que estas jugadas no eran tan absurdas como parecían, de hecho supusieron un gran avance en la teoría de aperturas y fueron utilizadas por muchos teóricos de la escuela soviética. Algunas de estas ideas se siguen utilizando en la actualidad.

Fue un genio del ajedrez, original y creativo, pero su irregularidad le impidió tener un lugar preferente en la historia. En sus partidas era capaz de crear una obra de arte o de cometer errores garrafales que le conducían a la derrota.

Su aportación al ajedrez fue determinante para que este deporte se hiciese popular en su tierra de origen, Rusia, ideas que sirvieron como base sobre la que se desarrolló la posterior escuela soviética. Chigorin organizó el primer torneo por correspondencia en Rusia, también el primer torneo sólo para jugadores rusos (con sus ganancias fundó un periódico dedicado exclusivamente al ajedrez).

Gracias a todo esto gozaba de gran popularidad entre sus compatriotas, como por ejemplo el gran escritor Leon Tolstoi, que confesó ser un enamorado de su juego. Chigorin Influyó en el juego de muchos jugadores de distintas épocas. Por ejemplo, el campeón del mundo Alexander Alekhine comentó:

Chigorin parece hallarse fuera de la serie de los maestros del pasado; ha sido una gran figura y su enorme talento posiblemente le sitúe entre los genios, pues la profundidad de sus ideas es a veces inescrutable para el simple mortal. No se si alcanzaré el nivel del pensamiento de Chigorin.

Alexander Alekhine

Pero sobre todo es admirado por rebelarse contra las ideas posicionales que empezaban a predominar en su época, Chigorin demostró gran valentía al optar por la belleza como medio de obtener la victoria, un camino siempre más arriesgado y difícil de encontrar. Es una pena que tuviese sus famosos despistes que le llevaron a la derrota en demasiadas ocasiones.

Como muchos de los jugadores de esa época, colaboró en varias revistas de ajedrez, como “El heraldo de ajedrez” y “La hoja de ajedrez”.

Estas colaboraciones eran muy habituales entre los maestros, la falta de torneos hacía que los ajedrecistas desarrollasen su creatividad por otras vías.

Las estadísticas de Chigorin son: 409 victorias; 136 tablas; 244 derrotas. Con un promedio de 60’5 % (el promedio se saca de sumar victorias y tablas, y dividirlo por las partidas totales).

Calculando su rating, con las partidas que nos han llegado hasta hoy, obtuvo un ELO máximo de 2695 y un ELO medio de 2600 a lo largo de toda su carrera.

Mijail Chigorin enfermo de diabetes y se retiró a Lublin con su familia, donde murió.

Muchos Ajedrecistas brillantes posteriores fueron sus seguidores y admiradores, como el campeón mundial Mijaíl Tahl, quien sin dudar afirmó:

Soy Chigorinista de hueso colorado

Mijaíl Tahl
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