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Foto del Gran Maestro de Ajedrez Viktor Korchnoi.

Korchnoi vs Kasparov, Olimpiada 1982

Resultado: 0-1    Fecha: 09/11/1982    ECO: E60

1.d4 Cf6 2.c4 g6

Teniendo en cuenta que la experiencia de Korchnoi en cualquier sistema de apertura era muchísimo mayor que la mía, escogí la Defensa India de Rey, la apertura que más había estudiado.

3.g3 Ag7 4.Ag2 c5

El sistema con el fianchetto del alfil de casillas blancas, que es muy desagradable para las negras en la India de Rey clásica, no es tan eficaz en los esquemas de la Benoni moderna. Esto explica la cuarta jugada de las negras.

5.d5

Es más tranquila 5.Cf3, pero ¡en esta partida Korchnoi no tiene intención alguna de evitar debates cruciales!

5… d6 6.Cc3 0-0 7.Cf3 e6 8.0-0

Unos 15-20 años antes, Korchnoi entraba felizmente en las complicaciones que surgen tras 8.dxe6 Axe6 9.Cg5 Axc4 10.Axb7 Cbd7, pero por aquel entonces la teoría de esta variante era territorio virgen.

8… exd5 9.cxd5

Una posición que se ha dado frecuentemente en la práctica. Tras muchas pruebas y búsquedas, se ha determinado la secuencia óptima de jugadas para ambos bandos, que la aplican en esta partida.

En tiempos muy recientes se ha comenzado a desarrollar la amplitud de la variante y se han encontrado maneras aceptables para ambos bandos para desviarse de las líneas profundamente estudiadas: a menudo, el blanco escoge los planes con Af4, mientras que el negro se abstiene de jugar … Te8.

9… a6 10.a4 Te8 11.Cd2 Cbd7 12.h3 Tb8 13.Cc4

La posición crítica de la apertura. El carácter del juego subsiguiente depende de adónde se mueva el caballo de d7. Después de 13… Cb6, el peso principal de la lucha incidirá en el flanco de dama, por ejemplo: 14.Ca3 Ad7 15.a5 Cc8 16.Cc4 Ab5, ó 15.a5 Cc8 16.Dd3 Dc7. El movimiento del caballo al centro tiene unos objetivos más ambiciosos; en este caso, las negras no tienen intención de limitarse al flanco de dama sino que también están listas para actuar en todas partes, ¡llegando a ser a menudo el objetivo de sus ataques el rey blanco! La elección entre estas dos continuaciones es una cuestión de gusto aunque, en mi opinión, 13… Cb6 es posicionalmente más seguro. Pero el espíritu de esta partida exigía una tormenta; de ahí que el caballo negro se mueva hacia la izquierda.

13… Ce5 14.Ca3 Ch5

Parece no tener sentido porque la caballería avanzada inevitablemente se encontrará expuesta al ataque de los peones blancos. Respecto a las variantes 15.f4 Cxg3! 16.fxe5 Axe5 ó 15.g4 Dh4! 16.gxh5 Axh3, en los últimos tiempos por algún motivo ha sido difícil encontrar a quienes deseen aceptar el sacrificio… A su vez, el negro amenaza neutralizar la mayoría de peones blancos en el centro por medio de … f5, tras lo cual tendrá libres las manos para jugar en ambas alas. Por tanto, el blanco no puede esperar.

15.e4!

Ahora, … f5 involucrará inevitablemente sacrificios por parte de las negras. Hace unos 7-10 años (es decir, a principios de los 60) las complicaciones después de 15… f5 16.exf5 Axf5 17.g4 Axg4 18.hxg4 Dh4 19.gxh5 Tf8! 20.h6! Ah8 levantaron polémicas. Las partidas solían continuar 21.Ce4 Cg4 22.Dxg4 Dxg4 23.Cc4, con variable éxito. Pero una idea artística sobre el tema de la desviación -21.Cc4!!-, encontrada por el GM Kovácevic resolvió el debate, que había sido de larga duración, a favor de las blancas. Después de 21… Cg4 22.Dxg4 Dxg4 23.Cxd6 Ae5 24.Cde4 las bien coordinadas piezas blancas demostraban ser más fuertes que la dama. La palabra final la tiene Timman. Las esperanzas negras de rehabilitar el plan entero se asocian con su jugada 15… Tf8.

15… Tf8!?

Parece audaz -las negras preparan tranquilamente …f5-, sin prestar atención alguna a los planes del contrincante. Pero intentar una refutación inmediata jugando 16.g4 terminó tristemente para las blancas en la partida clave Scheeren-Timman (1980). Después de 16… Dh4! 17.gxh5 Axh3 18.h6 Ah8 19.Ce3? f5! Timman condujo su ataque al rey con gran fuerza.

16.Rh2!

Las blancas están listas par f2-f4, pero ¿qué pueden hacer las negras? Sólo les queda abierto un camino, avanzar. Ya no se puede volver atrás.

16… f5

Consecuentemente, pero deberían haber considerado la preparación fundamental de … b5 con 16… Ad7. Ignorando de nuevo las intenciones de su contrincante, las negras proyectan efectuar una interesante combinación con sacrificios para replicar a 17.f4: 17… b5 18.fxe5 Cxg3! (el rey blanco es obligado a olvidar la cautela) 19.Rxg3 Axe5+ 20.Rf3 (las blancas también tienen unos problemas difíciles de solventar tras 20.Rf2 Dh4+ 21.Rg1 Axh3 22.De1 Ag3 23.Tf4! Ag4!) 20… b4, recuperando una de las piezas sacrificadas. Por otra parte, la posición demasiado centralizada del rey blanco da compensación suficiente.

17.f4

Razonando lógicamente, habría que admitir la naturaleza temeraria del plan del negro; retirar el caballo sería reconocer el fracaso. Pero, a partir de este momento, el sentido común debe abandonar el escenario para dejar paso a los vuelos sin límite de la imaginación. La fuerza de una pieza es determinada no por su valor comparativo, según la escala normal, sino por su grado de utilidad en un momento dado.

17… b5!

Ha estallado el combate cuerpo a cuerpo por todas partes. Las blancas tienen que capturar algo, pero ¿qué?

18.axb5

La tentación de quitar del tablero la pieza atacada todavía no se ha apoderado de las blancas, que afrontan los problemas en el flanco de dama. Aceptar el sacrificio no habría conllevado consecuencias irreversibles para las blancas, pero tampoco habría refutado el plan negro. Simplemente, se hubiera abierto un nuevo capítulo en esta historia emocionante. La respuesta más natural a 18.fxe5 es 18… Axe5. Ahora, la defensa de g3 mediante 19.Af4 permite que las negrs restauren el equilibrio material: 19… b4 20.Axe5 dxe5 21.Cc4 bxc3 22.bxc3 f4!, ¡con el rey blanco en una posición insegura!

Sin embargo, 19.Ce2 frena simultáneamente lsa dos amenazas negras. Para mantener la iniciativa el negro está obligado a sacrificar su otro caballo: 19… Cxg3! 20.Cxg3 f4 (tras 20… Dh4? 21.Df3 Ad7 22.exf5! Txf5 23.De3 se desvanece). En este caso el blanco puede optar por dos posibilidades distintas: a) intentar parar el ataque sin recurrir a contrasacrificios, o b) sin aferrarse a su ventaja material, jugar para coger la iniciativa. La partida pudo seguir así:

  1. 21.Rg1 Dh4 22.Tf3! (las blancas pierden después de 22.Df3? Ad4+ 25.Rh1 Axh3!, mientras que la retirada del caballo da al negro un ataque prácticamente irrechazable, por ejemplo: 22.Ch1 f3 23.Txf3 Ag4! 24.Txf8+ Txf8, ó 22.Cge2 f3! 23.Txf3 Txf3 24.Axf3 Axh3!) 22… Ad4+! 23.Rf1 (el sacrificio de dama 23.Dxd4!? cxd4 24.Cf1 lleva a una posición incierta) 23… Axh3 24.Ch1 (si 24.Cge2, entonces tras 24… Axg2+ 25.Rxg2 Dg4+ 26.Cg3 h5!, y el ataque negro tiene muchas posibilidades de triunfar) 24… Axg2+ 25.Rxg2 Dg4+ 26.Rh2 (tras 26.Rf1? las negras obtienen un ataque irrechazable por medio de jugadas tranquilas; 26… Tbe8! 27.Cf2 Axf2 28.Rxf2 Dh4+! 29.Rg2 Te5!) 26… Dh5+ con jaque perpetuo. Además, el negro puede intentar jugar para obtenerlo todo: 26… Ag1+!? 27.Dxg1 Dxf3.
  2. El juego se desarrolla de acuerdo con un espíritu totalmente distinto tras 21.Axf4 Axf4 (es una lástima entregar el alfil, pero jugar a lo Gufeld no tiene éxito: 21… Txf4? 22.Txf4 Axf4 23.Df3 Dh4 24.Tf1 g5 25.axb5 axb5 26.Cc2, e inevitablemente se notará la pieza de más) 22.axb5 axb5 23.Txf4!? (si llega a instalarse el alfil en e5, no será asunto fácil salvar al caballo clavado) 23… Txf4. Se ha llegado a una posición para ambos bandos y terreno abonado para la facultad creadora.

Como se ve en las variantes citadas, solamente pueden franquearse las defensas alrededor del rey negro sacrificando el caballo en g3. Entonces ¿no sería más sencillo hacerlo de inmediato? Veámoslo: 18.fxe5 Cxg3!? 19.Rxg3 Axe5+ 20.Rf2 Dh4+ 21.Rg1 Dg3. Ahora el blanco tiene una elección limitada, ó 22.Tf2 ó 22.Tf3. De éstas, la más artificiosa parece 22.Tf2, con el fin de provocar 22… Ad4?, tras lo cual el inesperado sacrificio de dama 23.Dxd4! (23.Df3? Dxf3 24.Axf3 fxe4 25.Cxe4 Txf3 26.Rg2 Txf2+ 27.Cxf2 Ab7! da al negro excelentes perspectivas para ganar) 23… cxd4 24.Af4! Dh4 25.Axd6 cambia bruscamente la situación a favor del blanco. Lo único que puede ayudar al negro es extender su esfera de operaciones: 22… b4! 23.Cc4 Dh2+ 24.Rf1 Ag3! con juego increíblemente intrincado. He aquí una variante que ilustra las abundantes posibilidades de las negras: 25.Tf3 bxc3 26.Ah6? f4! 27.Axf8 Axh3 28.Axh3 Dxh3+ 29.Re2 Dg2+ 30.Rd3 c2! y ganan. Más fuerte es 22.Tf3 Dh2+ 23.Rf2! (la jugada 23.Rf1?, aparentemente más solida, permite al negro incorporar sus últimas reservas sin impedimento con 23… Ad7!, después de lo cual es poco probable que la posición blanca pueda defenderse) 23… Ad4+ 24.Dxd4! cxd4 25.Af4 fxe4 26.Axh2 exf3 27.Axd6! dxc3, con las siguientes posibilidades para las blancas:

  1. 28.Axb8? cxb2 29.Te1 fxg2+ 30.Rxg2 b4 31.Cb1 Ab7, y el negro no puede quejarse.
  2. 28.Axf3 cxb2 29.Tb1 Af5 30.Txb2 Ae4! 31.Axf8 Txf8 32.Tb3 Axd5 con el empate inminente.
  3. 28.Af1!? cxb2 29.Tb1 Ab7! 30.Axb8 Txb8 31.axb5 axb5 32.d6! Td8 33.Cxb5 Ac6 34.Txb2 Axb5 35.Txb5 Txd6, y no está claro si las blancas pueden transformar su ventaja material.
  4. 28.Ah1!! Una mejora importante de la variante previa, ya que las blancas pueden conservar su peón d5 y con ello todas las bazas para ganar.

En reserva, el negro tiene sólo el intento temerario de continuar su ataque por medio de 23… Ad7!? (en lugar de 23… Ad4+). No se pueden menospreciar las amenazas negras, pero las dos piezas de las blancas pesan más. Todas estas variantes son muy interesantes, pero sigamos con la partida.

18… axb5 19.Caxb5 fxe4

De nuevo, las blancas se encuentran en la encrucijada. La captura de la pieza con 20.fxe5 sólo funciona tras 20… Cxg3? Si ahora 21.Txf8+ Dxf8 22.e6! Ae5 23.Rh1, el ataque se desvanece. Pero la sencilla 20… Axe5 plantea a las negras unos problemas difíciles, por ejemplo: 21.Af4 Cxf4 22.gxf4 Axf4+ 23.Rg1 Ad7! con ventaja clara. Parece tentadora 20.Ca7!?, apuntando a c6 y cargando al máximo la atmósfera; tras 20… e3!?, como ocurrió en la partida Alburt-Olafsson (1982), el blanco ganó tras complicaciones insondables con 21.De2 Cxg3! 22.Rxg3! g5! 23.f5!, pero es muy difícil dar una evaluación precisa.

21.Cc6! (en vez de 21.De2) 21… Cxc6 22.dxc6 habría dado ventaja clara al blanco: un fuerte peón en c6, y un puesto excelente en d5 para su caballo. Si 20.Ca7, las negras deberían jugar 20… Cf3+ 21.Axf3 exf3. En las complicaciones que siguen a 22.Cc6 Dd7 23.f5 Tb7 24.g4 Cf6 25.Txf3 gxf5, el peón de más de las blancas no se hace sentir (26.Txf5? Cxg4+! 27.hxg4 Txf5 28.gxf5 Dxf5 con ataque irresistible, o 26.gxf5 Ce8 con posición incierta).

El lector me preguntará con perplejidad: ¿ya había ocurrido todo esto en otra ocasión? La partida citada se jugó poco antes de la Olimpiada; por tanto, Korchnoi y yo desconocíamos su existencia. La evidencia de más peso para estas palabras es la cantidad de tiempo invertido por los jugadores.

Durante la partida temía bastante que las blancas pudieran superar sus dificultades de un golpe con el sacrificio temporal de su caballo -20.Cxd6!?-; las negras habrían tenido que contentarse con la variante 20… Dxd6 21.Cxe4! Db6 22.fxe5 Txf1 23.Dxf1 Axe5, en la que mantienen contrajuego gracias a la posición insegura del rey blanco. Desgraciadamente, el contrasacrificio 20… Cxg3? no tiene éxito. Después de 21.Rxg3 Dxd6 22.Cxe4 Db6 23.Ae3! (23.fxe5?! es demasiado arriesgada: 23… Axe5+ 24.Rh4 Af5!) las blancas se hacen con la iniciativa mientras conservan ventaja material.

Pero las blancas disponen de otra posibilidad. La jugada escogida por Korchnoi, a pesar de su simpleza aparente, resulta ser bastante fuerte.

20.Axe4! Ad7!

No sólo se deja atacado el caballo de e5, sino que también queda expuesto el soporte principal de su posición, el peón en d6. La imprudente captura de este peón les permitiría alinear rápidamente sus fuerzas con 21.Cxd6? Tb6!! 22.fxe5 Axe5 23.Cc4 Axg3+ 24.Rg1 (24.Rg2 Axh3+) 24… Tbf6 25.Ag2 Tf2! Está claro que el rey blanco no puede resistir al fuego feroz del ejército entero de las negras.

Por tanto, 23.Ce2! Txd6 con posición de doble filo.

21.Ca7? no tiene su fuerza anterior (tras 21… Ta8! es fácil para las blancas librarse de la clavada), pero entró en consideración la sencilla 21.Ca3. En este caso, las negras habrían tenido que contentarse con la modesta 21… Cf7; la idea es responder a 22.Cc4 con la interesante 22… Tb4!? Pero Korchnoi encuentra otra continuación, inesperada y fuerte.

21.De2!

Manteniendo temporalmente al caballo blanco en b5. Las dos jugadas siguientes de las negras prácticamente son forzadas:

21… Db6 22.Ca3 Tbe8

Tal vez la posición más crítica. La ferocidad de la lucha se aproxima a su punto culminante, y la calidad de las próximas dos o tres jugadas decidirá la suerte de la partida. La dificultad para las blancas está principalmente en elegir una continuación de la masa de posibilidades disponibles. En primer lugar deben resolver el problema de “tomar o no tomar”. Puede parecer que éste es el momento adecuado. Después de 23.fxe5, la respuesta de las negras es forzada -23… Axe5- y después las blancas pueden elegir entre defender su peón g3 directa o indirectamente; 24.Af4? Cxf4 25.gxf4 Axf4+ 26.Rg2 Dd8! lleva a una posición donde la superioridad numérica negra en el flanco de rey probablemente pesa más que la pieza adicional de las blancas; 24.Cc4! parece más fuerte, pero incluso después de 24… Axg3+ 25.Rg1 Dd8 no se hace sentir la ventaja material de las blancas, mientras la concentración de piezas negras en el flanco de rey es una causa de preocupación para el monarca blanco, por ejemplo: 26.Ah6?! Txf1+ 27.Dxf1 Dh4 28.Ta7 Cf6!, con amenazas difíciles de parar.

Las blancas también pueden crear otra amenaza atacando al otro caballo con 23.g4. La pérdida de material es inevitable para las negras, pero si encuentran una manera de sacrificar con éxito su caballería -23… Cxg4+! 24.hxg4 Dd8!- las blancas se verán incapaces de parar las amenazas a su rey pese a tener una pieza de más, por ejemplo: 25.g5? Axc3! 26.bxc3 Af5, ó 25.Df3 Dh4+ 26.Dh3 Dxh3+ 27.Rxh3 Axc3.

La decisión más sensata para las blancas era rechazar cualquier ganancia material para consolidar plenamente su posición. Lo mejor es 23.Dg2!, quitando la dama de su posición enfrente de la torre y dejando libre e2 para el caballo, aunque se reconozca así el fracaso de la estrategia; se ve que 23… Cf7 es mala tras 24.Cc4 Db8 25.g4 Cf6 26.Ad3!. Las piezas negras se asfixian dentro de su propio territorio.

Las negras habrían tenido que emprender trucos tácticos tales como 23… Dd8!? Su iniciativa ha llegado a un atolladero, pero las cenizas aún humeantes podrían volver a incendiar la posición con renovada fuerza en cualquier momento; 24.fxe5? Txf1+ 25.Dxf1 Axe5 26.Ce2 Cxg3! 27.Cxg3 Dh4 28.Dg2 Axh3! 29.Dxh3 Axg3+ 30.Rg2 Dxe4+ 31.Rxg3 Dd3+ y ganan. Por desgracia, la sencilla 24.Ad2! deja al negro con los mismos problemas.

Existen más posibilidades de complicar el juego tras 23… Db4!?, por ejemplo: 24.Cc2 Db8 25.Ce3 Cf7 26.Cc4 Axc3! 27.bxc3 Cf6 28.Af3 Af5 29.Ce3 Ad3 30.Td1 c4, con posición todavía no completamente clara.

Así se puede aseverar que, mediante una serie de jugadas precisas, el blanco podría haber planteado problemas difíciles, o sin solución. Ahora bien, ¿debería considerarse poco satisfactorio todo el juego previo de las negras? Creo que semejante conclusión sería superficial; el juego absolutamente preciso existe solamente en la teoría, y cuanto más complicada sea una posición, más probabilidad hay de cometer un error. Por supuesto, plantearse así una partida de ajedrez implica un enorme riesgo pero ¿quién no se arriesga…? Sin embargo, este tipo de juego sólo tiene perspectivas de éxito cuando las situaciones resultantes son nuevas; por tanto, no valdría copiar completamente las jugadas de las negras en esta partida. Se debería estudiar con más cuidado la posición tras 16… Ad7; la alternativa es elegir otro plan de apertura fundamentalmente distinto.

Pero volvamos a la partida. Parecería que, en términos generales, Korchnoi llegó a la misma conclusión respecto al plan subsiguiente, pero resolvió el problema de una manera bastante distinta.

23.Ad2?

Parece lógica: las blancas proyectan completar su desarrollo sin retraso; después de 23.Ae3? Cf7! 24.Cc4 Dd8 se habría notado la posición insegura de los alfiles en la columna e. Pero incluso una idea estratégica correcta puede resultar mala con una ejecución táctica equivocada.

23… Dxb2!

¡El viraje decisivo esperado durante mucho tiempo! Sin miedo, la dama se aventura entre las piezas enemigas, sabiendo que en caso de 24.Tfb1? el caballo condenado asestará un golpe decisivo: 24… Cf3+!

Evidentemente, esto agotó la paciencia de Korchnoi, y el caballo negro desapareció del tablero para siempre.

24.fxe5?

En el momento más adecuado estalla la energía almacenada en las piezas negras sembrando muerte y destrucción. Había que poner en fuga a la dama de inmediato con 24.Ta2. La jugada plausible… Db4 conduce a cambios masivos y tablas: 25.Tb1 Dd4 26.Cab5 Axb5 27.Cxb5 Dc4 28.Dxc4 Cxc4 29.Ad3! Cxd2 30.Txd2. Mucho más’fuerte es 24… Db8! Aquí también, la captura en e5 tiene unas consecuencias serias: 25.fxe5? Txf1! 26.Dxf1 Axe5 27.Ae1 (27.Ce2 Cxg3! 28.Cxg3 Db3) 27… Axc3 28.Axc3 Txe4. Es indiscutible la ventaja negra por cuanto las blancas no pueden explotar la debilidad de la diagonal a1-h8, y el negro pronto puede empezar a amenazar al rey blanco. La siguiente variante graciosa merece ser incluida: 29.Cc4? (29.Tf2 Te3!) 29… Ab5 30.Da1 (30.Tb2 De8!) 30… Axc4! 31.Ta8 Te2+ 32.Rg1 Tg2+! 33.Rh1 Cxg3+ 34.Rxg2 Axd5+ y ganan las negras. Por tanto, después de 24… Db8! el blanco habría tenido que jugar la profiláctica 25.Dg2, pero entonces la tranquila retirada del caballo a f7 mantiene la ventaja negra; las piezas blancas no tienen puntos fuertes.

Parece más fuerte 24.Cc2 aunque después de 24… Db8 la captura en e5 sigue siendo desfavorable.

24… Axe5

En ningún momento de la partida podría ser tan efectiva esta jugada como ahora.

25.Cc4 Cxg3!

El caballo en e5 no entregó la vida en balde; en todas las variantes, las negras quedan con ventaja material decisiva. En tal situación muchos jugadores se desalentarían, pero Korchnoi consigue encontrar la única posibilidad que exige cierta precisión por parte de las negras.

26.Txf8+ Txf8 27.De1! Cxe4+ 28.Rg2 Dc2

La continuación obvia, pero las negras también disponían de otro camino más espectacular a su objetivo -28… Tf2+!- por ejemplo: 29.Dxf2 Axh3+! 30.Rf3 Cxd2+ 31.Dxd2 Dxa1 32.Cxe5 dxe5, ó 29.Rh1 Txd2!! 30.Ta8+ Rg7 31.Dxd2 (31.Cxb2 Cg3+ 32.Rg1 Ad4+) 31… Dxd2 32.Cxd2 Cxd2 33.Ta7 Axc3 34.Txd7+ Tf6 35.Txd6 Re5 y ganan.

29.Cxe5

Por un instante, las blancas incluso tienen una pieza de más, pero la posición descubierta de su rey hace que sean infructuosos sus esfuerzos. Ahora, 29… Cxd2! hubiera ganado inmediatamente. La forzosa 30.Cxd7 Cf3+ 31.De2 Ch4+! 32.Rg1 Dxc3 33.De6+ Rh8 34.Cxf3 Dg3+! 35.Rf1 Dg2+ 36.Re1 Cf3+ 37.Td1 Dd2 mate, habría sido una conclusión apropiada a este dramático encuentro. Pero, deslumbrado por la cercanía de la victoria, seguí por una pista falsa…

29… Tf2+?

Lo que era bueno hace una jugada ahora resulta ser inadecuado. La variante siguiente, la única que había calculado debido a la penosa falta de tiempo, parece convincente: 30.Rg1 Txd2! 31.Dxe4 (mate sigue a 31.Cxe4 Tg2+ 32.Rh1 Th2+, ó 32.Rf1 Ab5+) 31… Dxc3 32.Ta8+ Rg7, etc. No tomé en serio el sacrificio de dama; pensaba que la pieza más fuerte de las negras se ocuparía del disperso ejército del contrincante sin problemas. Pero olvidé por completo que en esta partida no sólo las negras son capaces de hacer milagros.

30.Dxf2

Ahora se recrudece la batalla con renovado vigor. El duelo entra en su fase culminante que resulta ser la más emotiva. Por desgracia, las variantes más agudas quedaron entre bastidores, lo que redujo de modo significativo el valor de dicha fase. Pero todo se explica muy sencillamente: ambos jugadores disponían de unos cinco minutos.

30… Cxf2!

¡Viva la intuición! Una especie de sexto sentido me obligó a rechazar la plausible 30… Axh3+, aunque ya no había tiempo para analizar las variantes, muy complicadas. Los análisis posteriores confirmaron mis temores; tras 30… Axh3+ pudo haber sucedido 31.Rg1! Cxf2 32.Ta2! Si las negras juegan a ganar, no tienen elección: 32… Df5 (32… Dxa2? 33.Cxa2 Ce4 34.Cc4!) lleva a jaque perpetuo inmediatamente (33.Ta8+ Rg7 34.Ta7+). Sólo queda 32… Db3. Después de 33.Ta8+ Rg7 34.Ta7+, las negras pueden contentarse con tablas: 34… Rg8 (34… Rf8?? 35.Ah6+ Re8 36.Ta8+ Re7 37.Ag5 mate) 35.Ta8+ etc. Pero ¿qué tienen que temer en caso 34… Rf6? ¿Pueden las piezas blancas, aparentemente inocuas, crear amenazas reales?

Tras 35.Cf3!! se llega a una posición de ensueño: inesperadamente ha surgido una amenaza de mate en cuatro (36.Ag5+ Rf5 37.Tf7+ Rg4 38.Tf4+ Rh5 39.Th4#, ó 38… Rg3 39.Ce2#). Además, el caballo de f2 queda atacado. Estas dos amenazas pueden ser paradas solamente con 33… Cd3, pero entonces el infortunio golpea desde el otro lado: 36.Ce4+! Rf5 37.Cxd6+ Rg4 (37… Rf6 38.Tf7#) 38.Ch2+ Rh4 39.Txh7+ Rg3 40.Ce4#.

En teoría, de haber sido tentadas las negras por 30… Axh3+?, en los apuros de tiempo, la partida pudo terminar de esta manera. Pero entonces es poco probable que se hubiera escrito este comentario…

31.Ta2! Df5

No habría cambiado las cosas 31… Axh3+? 32.Rg1.

32.Cxd7 Cd3

El material está aproximadamente igual, pero son las negras quienes tienen la iniciativa. La poderosa combinación de dama y caballo parece más fuerte que el ejército negro, numeroso pero no coordinado. La pusilánime 33.Cb6? habría permitido que las negras decidiesen la partida a su favor: 33… Df2+ 34.Rh1 Df3 35.Rh2 (35.Rg1 Dg3+) 35… Cf4! 36.Axf4 (36.Ta8+ Rg7 37.Ta7+ Rh6 no tiene sentido) 36… Dxf4+ 37.Rg2 Dg5+, ganando al caballo. Dándose cuenta de que es inevitable la pérdida de material, las blancas lanzan un ataque. El rey negro, que hasta ahora observaba tranquilamente el desarrollo de los acontecimientos, desempeña el papel del perseguido.

33.Ah6?!

El signo de admiración indica valentía, y el de interrogación se debe a que Korchnoi se equivoca de pieza sacrificada. Era mucho más importante mantener el caballo en d7; la combinación de torre y dos caballos podía haber causado al negro considerables problemas. Cierto es que la directa 33.Ta7? habría permitido que el negro interrumpiera los planes de su contrincante sin dificultad con 33… Df2+ 34.Rh1 Dxd2 35.Cf6+ Rf8 36.Cce4 Cf2+! y ganan. Por tanto, las blancas deben jugar con más astucia: 33.Ta8+ Rg7 34.Ta7!, montando una emboscada. Las negras han de tomar el alfil obligatoriamente con 34… Df2+ 35.Rh1 Dxd2 (35… c4? 36.Cc5+!), y tras 36.Ce5+! el rey negro se ve forzado a buscar un camino seguro que atraviesa el campo de minas: 36… Rf8 (36… Rh6?? 37.Cg4+ Rg5 38.Ce4+) 37.Ta8+ Re7 38.Ta7+ Rd8 39.Cf7+ Ahora, ¿adónde hay que ir? Vamos a intentar volver atrás: 39… Re8 40.Cxd6+ Rf8 41.Tf7+ Rg8 42.Cce4! De1+ 43.Rh2, obligando a las negras a sacrificar la dama -43… Dxe4 44.Cxe4 Rxf7 45.Rg3-, pero este final de caballos da pocos motivos para el optimismo. Al rey sólo le queda buscarse un refugio en el otro rincón del tablero: 39… Rc8 40.Cxd6+ Rb8 41.Tb7+ Ra8 42.Ccb5!; la situación es casi la misma después de 39… Re8, pero las negras disponen ahora de una manera favorable de romper las redes de mate: 42… Cf2+ 43.Rg1 Cxh3+ 44.Rh1 Dxd5 45.Rh2 Dxb7 46.Cxb7 Rxb7 47.Rxh3 Rc6. Todo indica que las negras deberían ganar este final, por ejemplo: 48.Cc3 c4 49.Rg3 Rc5 50.Rf3 Rd4 51.Ce2+ Rd3.

Todo es mucho más sencillo; 39.Ta8+! (en vez de 39.Cf7+?) obliga al rey negro a volverse a casa ya que 39… Rc7? pierde por 40.Cb5+ Rb7 (40… Rb6 41.Cc4+) 41.Ta7+, con mate. Así que 29… Tf2+? ¡debería haber conducido, de una forma asombrosa (¡y forzosamente!) a jaque perpetuo!

33… Dxd7 34.Ta8+ Rf7 35.Th8?

Era esencial restringir la movilidad del rey negro mediante 35.Ce4! En el tablero me imaginaba toda clase de horrores, y tenía entonces intención de continuar 35… g5!?, creando más espacio para mi rey. La posición después de 35… g5 resultó ser tan interesante que, mientras estuvimos en la Olimpiada, Igor Zaitsev y yo hicimos un análisis completo de ella. La variante principal es como sigue: 36.Tf8+! (36.Axg5 h6! 37.Axh6 Rg6) 36… Re7 37.Th8 Cf4+! (37… Df5? 38.Axg5+ Rd7 39.Txh7+! ganando a la dama) 38.Rf2 Cxh3+ 39.Rg3 Df5 40.Af8+! Rd8! (40… Rd7? 41.Txh7+! Rd8 42.Ae7+ Rc7 43.Axd6+ con tablas) 41.Axd6 Rd7 42.Txh7+ Dxh7! 43.Cf6+ Rxd6 44.Cxh7 c4! 46.Cf6 Cf4 46.Rg4 (46.Ce4+ Rxd5 47.Cxg5 c3!, y se corona el peón) 46… Cxd5 47.Ce4+ Re5 con final de caballos ganado. El análisis contiene otras ramificaciones, pero la sencilla jugada encontrada por mi entrenador Alexánder Nikitin habría hecho innecesarias todas estas sutilizas. En efecto, 35… De7! deja mal al blanco; el final tras 36.Tf8+ (36.Cg5+ Rf6 37.Tf8+ Re5 38.Tf7 De8 es inofensivo) 36… Dxf8 37.Cg5+ Re8 38.Axf8 Rxf8 39.Cxh7+ Rg7 40.Cg5 Rf6 es completamente desesperado.

35… Rf6

La única jugada, pero basta. Por vez primera en la partida, podía respirar fácilmente; ¡ya habían pasado todos los temores y peligros!

36.Rf3?

Normalmente se suelen poner dos signos de interrogación a un error como éste pero una jugada, hecha en graves apuros de tiempo, no merece una evaluación tan severa.

36… Dxh3+ y las blancas se rindieron.

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